jueves, 19 de junio de 2025

La Guerra de los Seis Días: El Conflicto Relámpago que Redefinió Medio Oriente

La Guerra de los Seis Días, librada entre el 5 y el 10 de junio de 1967, fue uno de los conflictos más breves pero más trascendentales del siglo XX. En tan solo seis días, Israel derrotó simultáneamente a tres de sus vecinos árabes —Egipto, Siria y Jordania— y capturó vastos territorios, lo que transformó radicalmente el mapa político y militar de Medio Oriente. Esta guerra no solo redefinió fronteras, sino que marcó un antes y un después en las relaciones entre Israel y el mundo árabe, además de consolidar un conflicto que hasta hoy sigue generando tensiones geopolíticas globales.
Ejercito Israelí Preparado para una Ofensiva



Contexto histórico: el polvorín que precedió al estallido

A principios de los años 60, la región del Medio Oriente era un hervidero de tensiones. La creación del Estado de Israel en 1948 había desatado una serie de guerras árabe-israelíes, entre ellas la guerra de 1948-49, en la que Egipto, Siria, Líbano, Irak y Jordania intentaron eliminar al nuevo estado judío sin éxito. Como resultado, Israel consolidó su territorio, pero quedó rodeado por países hostiles que no reconocían su existencia.


Durante los años posteriores, los enfrentamientos fronterizos, las infiltraciones armadas y las declaraciones beligerantes eran constantes. Siria apoyaba a grupos guerrilleros palestinos como Fatah y la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), mientras Egipto, bajo el liderazgo del presidente Gamal Abdel Nasser, se posicionaba como líder panarabista decidido a borrar a Israel del mapa.


En mayo de 1967, Egipto movilizó tropas en el Sinaí, exigió la retirada de las fuerzas de paz de la ONU que se encontraban allí desde 1956, y cerró el Estrecho de Tirán, bloqueando el paso marítimo israelí hacia Asia. Para Israel, esto equivalía a un acto de guerra. A esta situación se sumaron pactos de defensa mutua entre Egipto, Jordania e Irak, formando un frente común contra Israel.



Inicio de la guerra: el golpe aéreo que cambió todo

El 5 de junio de 1967, Israel lanzó la "Operación Focus", un ataque aéreo preventivo sorpresivo y devastador. En las primeras horas de la mañana, más de 180 aviones israelíes despegaron y, volando a baja altura para evitar radares, atacaron 11 bases aéreas egipcias. En menos de tres horas, destruyeron más de 300 aviones egipcios en tierra. Posteriormente, atacaron las fuerzas aéreas de Jordania, Siria e Irak con similares resultados.


Este golpe fue decisivo. Israel logró supremacía aérea total desde el primer día, lo que le permitió avanzar por tierra con una ventaja estratégica incuestionable.



El frente egipcio: conquista del Sinaí

Tras el ataque aéreo, el ejército israelí comenzó la ofensiva terrestre en la península del Sinaí. Las divisiones blindadas israelíes avanzaron rápidamente sobre el desierto egipcio. En tres días, capturaron el paso estratégico de Mitla, la ciudad de El Arish y llegaron hasta el canal de Suez. La retirada egipcia fue caótica y desorganizada, con miles de soldados abandonando vehículos, equipos y armas.


Se estima que Egipto sufrió más de 10,000 bajas, mientras que Israel tuvo menos de 300 muertos en este frente. El 8 de junio, el alto mando israelí anunció la captura completa del Sinaí, ocupando un territorio cinco veces más grande que el propio Israel.



El frente jordano: la batalla por Jerusalén

El 5 de junio, Jordania comenzó a bombardear Jerusalén occidental, entonces bajo control israelí, en apoyo a Egipto. Israel respondió con una ofensiva rápida. La batalla más feroz ocurrió en Ammunition Hill, donde las fuerzas israelíes lucharon casa por casa contra los jordanos. El 7 de junio, tras intensos combates, Israel tomó la Ciudad Vieja de Jerusalén, incluyendo los lugares sagrados como el Muro de los Lamentos, el Monte del Templo y la Iglesia del Santo Sepulcro.


Por primera vez desde 1948, los judíos tenían acceso a su sitio más sagrado. Esta conquista fue simbólicamente poderosa para la identidad israelí, pero también fue el inicio de una prolongada disputa internacional sobre el estatus de Jerusalén.



El frente sirio: los Altos del Golán

Durante los primeros días de la guerra, Siria bombardeó comunidades israelíes desde las alturas del Golán. El 9 de junio, tras consolidar la victoria en los frentes egipcio y jordano, Israel lanzó un ataque a gran escala sobre los Altos del Golán. En condiciones geográficas extremadamente difíciles —terreno montañoso y fortificado— las tropas israelíes escalaron las alturas y, tras intensos combates, capturaron la ciudad de Quneitra y aseguraron el control de toda la meseta. Este avance proporcionó a Israel una barrera natural contra futuros ataques sirios y una posición militar ventajosa que aún mantiene.



Consecuencias territoriales y geopolíticas

Al finalizar la guerra el 10 de junio, Israel había conquistado:

*La península del Sinaí y la Franja de Gaza a Egipto

*Cisjordania y Jerusalén Este a Jordania

*Los Altos del Golán a Siria


Israel triplicó su tamaño territorial en apenas seis días. Sin embargo, esta expansión también sembró las semillas de nuevos conflictos:

*Cerca de 300,000 palestinos huyeron o fueron desplazados de Cisjordania y Gaza.

*Los países árabes, en la cumbre de Jartum (1967), acordaron los famosos “Tres No”: no a la paz con Israel, no al reconocimiento de Israel y no a negociaciones con Israel.

*La ONU aprobó la Resolución 242, exigiendo la retirada israelí de los territorios ocupados y el reconocimiento del derecho de todos los estados de la región a vivir en paz, lo que marcó el inicio del proceso diplomático.



Impacto a largo plazo

La Guerra de los Seis Días consolidó a Israel como una potencia militar regional. También marcó el inicio de una prolongada ocupación que sigue vigente en gran parte de Cisjordania y Jerusalén Este. La presencia militar israelí en estos territorios ha generado innumerables tensiones, intifadas, y ha sido fuente constante de resolución de la ONU y controversias internacionales.


Para el mundo árabe, la derrota fue humillante y trajo consigo inestabilidad política. En Egipto, fue el inicio del fin del liderazgo de Nasser, quien dimitió (aunque luego fue reinstalado). En Siria y Jordania, la guerra debilitó a los regímenes, aunque también los unificó en su hostilidad persistente hacia Israel.


En el plano palestino, el conflicto radicalizó aún más a la población y fortaleció la influencia de la OLP, que empezó a ser reconocida como representante del pueblo palestino. También impulsó la aparición de nuevas generaciones de movimientos, tanto nacionalistas como islamistas, que más tarde marcarían el curso del conflicto árabe-israelí, como Hamas en Gaza.

"Celebración tras el encierre en la Ciudad Vieja" – Grupo de soldados israelíes reunidos tras los combates, representando un momento de triunfo y cuasi-unificación histórica de los barrios de Jerusalén .



Legado histórico

La Guerra de los Seis Días sigue siendo una referencia clave en la historia contemporánea del Medio Oriente. Sus consecuencias siguen resonando hoy en día en cada ronda de negociaciones, en cada confrontación armada, y en la lucha política por Jerusalén, por los territorios ocupados y por los derechos de los pueblos de la región.

Fue una guerra breve, pero su eco se ha prolongado durante décadas. Su análisis es indispensable para entender la política actual de Israel, la cuestión palestina, y la geoestrategia de potencias como Estados Unidos, Rusia e Irán en Medio Oriente.

La Guerra de los Seis Días Resumen

La Guerra de los Seis Días, librada entre el 5 y el 10 de junio de 1967, enfrentó a Israel contra Egipto, Siria y Jordania en un conflicto relámpago que cambió radicalmente el mapa de Medio Oriente. Ante la acumulación de tropas árabes y el bloqueo del Estrecho de Tirán por Egipto, Israel lanzó un ataque aéreo preventivo destruyendo la fuerza aérea enemiga y avanzó rápidamente en tres frentes: ocupó el Sinaí y Gaza a Egipto, Cisjordania y Jerusalén Este a Jordania, y los Altos del Golán a Siria. En apenas seis días, Israel triplicó su territorio, logró una victoria militar decisiva, pero desencadenó décadas de conflictos posteriores, ocupaciones, desplazamientos de población y tensiones geopolíticas que aún persisten.


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